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TRIPZITTER

Fabian Ramírez
09.04.21 – 11.10.21

Acerca de:

Un ojo que mira a otro lado: tripzitter de Fabián Ramírez

I live on Earth at the present, and I don’t know what I am.
I know that I am not a category. I am not a thing — a noun.
I seem to be a verb, an evolutionary process-
an integral function of the universe
Buckminster Fuller

Una visión-acción que da materia a algo invisible dejando sedimentos, rastros y borrones de memoria. Un algo que manifiesta , un traslape, un ojo que mira a otro lado, pero atiende a la pintura como una base para entender y pensar cosas del mundo.  Este es el escenario, crudo y secreto de Fabián Ramírez.   Una deliberación anticipadora, un espacio invisible de todos los estados de ánimo, meditaciones y misterios, almacén infinito de frustraciones-descubrimientos.

Para Byung-Chul Han ocultar, retardar y distraer son también estrategias espacio-temporales de lo bello. El cálculo de lo semioculto genera un brillo seductor. Lo bello vacila a la hora de manifestarse. La distracción lo protege de un contacto directo. La distracción es esencial para lo erótico.  Pienso que la obra de Fabián está interesada en los fenómenos que erotizan al mundo, una estética del acontecimiento que descubre-encubre y los prolonga ininterrumpidamente en la fisura, la ruptura y el hueco.

El interés de Fabian Ramírez por la Psicodelia, neologismo que sugiere que un algo del alma se manifiesta, parece comprender que el fenómeno que se gestó en los años sesenta del siglo pasado tiene que ver con la producción de deseos que se esfuerza por descubrir lo aún no consciente.  Para Diedrich Diederichsen cada movimiento iluminista, crítico, de conceptos fuertes, avanza dejando tras de sí un rastro de baba de caracol de irracionalismo, poblado de imágenes.  Fabián parece insistir que su trabajo pictórico, dibujístico y cerámico tiene que ver con el rol de la experiencia y la duración de esas imágenes borrosas por el tiempo, el mercado y el consumo, pero alteradas para volcar su significado. Un modo de simbolización que da forma a la extrañeza del mundo en una extrañeza reconocible.

El título de la exposición que se presenta en la Galería Daniela Elbahara da cuenta de esta consciencia, al alterar Tripsitter (cuidador(e) del viaje) por tripzitter (“zittern”: temblar)el sentido o acción de acompañar y dirigir el viaje psicodélico se ve transformado por el escalofrío que representa el entrar al umbral de una consciencia otra: El vértigo de la disolución condensa las antípodas: allí se alternan la angustia de la caída y el placer de la auto expansión. La muerte de ese yo sustancial y continuo puede ser, a la vez, liberación respecto de la densidad acumulada en él. En lugar de la unidad del sujeto, la danza del devenir: Una obra orgánica y fluida que reivindica la subjetividad radical que hace magia nueva en el polvoroso mundo y hace que cada momento sea un punto de vista de todo el tiempo, y toda la rareza, gloria y energía de la vida en nuestros pies.