TODAS PARTES
RICARDO GONZÁLEZ
02.03.24 – 04.26.24
Acerca de:
Daniela Elbahara se enorgullece en presentar «Todas Partes», la tercera exposición individual de Ricardo González en la galería. Pensando en la trayectoria, celebramos la mitad de la carrera del pintor mexicano y nuestro quinto aniversario.
Este nuevo conjunto de pinturas al óleo fue producido recientemente en la Ciudad de México, donde el artista se mudó temporalmente desde Nueva York. Su estudio actual se encuentra en el vecindario donde creció y, en cierto sentido, se ha estado reconectando con sus primeras motivaciones para hacer arte. Este proyecto también ha sido un encuentro con las «sombras» de su infancia que podrían estar acechando en su entorno actual.
Las pinturas están realizadas de manera que la mano emotiva está omnipresente en los trazos y en el dinamismo de las imágenes. Mirando de cerca las obras, siempre hay una mano o manos como buscando o sosteniendo algo. La riqueza de la pintura al óleo, con su empaste y sus brillos siempre cambiantes, le da a las obras una carga poderosa en la que las «sombras» pueden existir para recordarle al espectador de su presencia.
«Estas sombras son partes ocultas de nosotros mismos que siempre están presentes, acechando en el fondo, mirándonos sonriendo como invitándonos a aceptar su inevitabilidad. No son necesariamente «malas» o «buenas», por lo que se presentan a la vez encantadoras y amenazadoras, según el juicio o la proyección del espectador. Las «sombras» aparecen reunidas o solas, sonriendo al espectador. A veces están completamente fragmentadas, flotando como una forma abstracta, y otras veces se manifiestan en la forma de un gato negro mirándonos».
El título se refiere a que estas entidades oscuras están en todos nosotros, todos llevamos las nuestras y también la sociedad en su conjunto, como la idea de Carl Jung del inconsciente colectivo. Estos son nuestros impulsos, nuestras manías, nuestros deseos y motivaciones provenientes del profundo y oscuro mar de nuestro ser.
«El suyo es un viaje marcado por el cuestionamiento de la propia experiencia, hasta llegar a la risa soberana, al no saber y a una Presencia en nada distinta de la Ausencia, donde la mente se mueve en un mundo extraño donde conviven la angustia y el éxtasis».
Georges Bataille, «Experiencia interior» (1943)